sábado, 6 de diciembre de 2014

UN AÑO MÁS EN EL REINO DEL CAPITAL

Es difícil, bajo la insoportable maraña de versiones y contraversiones que nos llegan desde los medios y los organismos estatales, sacar alguna conclusión sobre la verdadera actualidad del devenir económico. No obstante, es notable el decrecimiento de la capacidad de compra de los salarios que recibimos los proletarios.

Esta situación desfavorable, al menos, generó una pequeña brecha de luchas en el mar de paz social y civismo en el que se encontraba la región durante estos últimos años, luego de que el 2001 finalmente quedara en el olvido o fuera recuperado exitosamente por la burguesía.

Los últimos conflictos obreros que se dieron principalmente en el cordón industrial del norte de Gran Buenos Aires nos mostraron a toda una serie de personajes que aprovecharon para presentar sus discursos en radio y televisión. Burócratas sindicales, trotskistas en sus 15 minutos de fama y funcionarios kirchneristas, cada uno con su cuentito acerca de qué es lo que está sucediendo con la producción industrial. Los conflictos y las reivindicaciones quedaron, obviamente, en segundo plano y el aislamiento y la propaganda burguesas, sumadas a la fuerte represión, hicieron estragos en la lucha proletaria.

Las variantes de la explotación burguesa

La triste realidad es que hace siglos que, con algunas heroicas excepciones, venimos peleando por migajas, por aumentos de sueldo que ni siquiera cubren la inflación y por mantener las fuentes de trabajo ante los vaivenes de la economía. Como puntapié deberíamos luchar por nuestra fuerza de trabajo, y no por “nuestras” fuentes de trabajo; las fuentes de trabajo que las defiendan los patrones y los inversionistas. Para que no nos revienten el cuerpo trabajando, para que no nos atrofien la cabeza. Luchar para mantenernos sanos, física y mentalmente. Luchar para mantenernos organizados y listos para responder ante cada ataque de los burgueses. ¿Qué ganamos defendiendo la empresa en que nos toca trabajar?
Además de eso, deberíamos empezar a plantearnos verdaderamente la cuestión de qué y cómo producimos los materiales que requerimos satisfacción de nuestras necesidades humanas. Nos encontramos a merced de una clase que cada vez produce cosas más defectuosas, que se rompen más rápido y que ni siquiera son efectivas en lo que se supone que deberían hacer.

Esto, en parte, se suele combatir de una manera ciudadana extremadamente parcial, en los casos en los que se percibe “sobreprecio”, sea en las facturas de telefonía celular o servicios similares, pero la realidad es que sucede en todas y cada una de las cosas que consumimos para vivir. En mercados con pocos competidores es mucho más simple para la burguesía aumentar la tasa de ganancia subiendo el precio de los productos (formalizando o no arreglos con sus competidores de manera “ilegal”, según las leyes antimonopolio) antes que disminuyendo los salarios. Así mismo, es bastante más conveniente reemplazar ciertos insumos, diluir (o la vieja y conocida adulteración), engañar o confundir a personas que comprarán el producto y que los separan 2 o 3 intermediarios de su punto de producción; que intentar aumentar las horas de trabajo de sus empleados, con los cuales existe un nexo relativamente directo y cuya perspectiva de solidaridad antipatronal es, dado su vínculo material, mucho mayor que el de unos “consumidores” anónimos. En la actualidad, la burguesía sólo recurre a la confrontación directa con los trabajadores cuando las otras formas de maximización de la tasa de ganancia se tornan dificultosas.

Cuando los burgueses nos explotan no se desdoblan en dos roles. Uno cuando nos bajan el salario o nos fuerzan a trabajar más horas. Otro cuando aprovechan su condición de oligopolio para aumentar los precios de las mercancías que producen, o cuando deciden usar jarabe de maíz de alta fructosa en vez de azúcar, aunque sea un componente mucho más nocivo para los seres humanos. ¿Por qué entonces los proletarios asumimos roles al momento de plantear nuestras reivindicaciones? ¿Por qué somos trabajadores cuando reclamamos mejores condiciones laborales y consumidores cuando criticamos la pauperización de todos los aspectos de nuestra vida?

A veces parecería más fácil olvidar por un momento todas estas cuestiones e ir al supermercado a analizar los precios y organizar controles “antiinflación”, construir una cooperativa de consumo o mandar cartas a empresas con prácticas deshonestas. Hacer “algo” que pueda modificar algún aspecto concreto de nuestra existencia y la de algunos pocos cercanos a nosotros.

La dificultad radica en que no hay salidas particulares a esta problemática. La transformación social hacia una historia verdaderamente humana debe ser total o no será. La lucha contra el Estado y el Capital es la lucha por superar colectivamente una fase de la historia humana caracterizada por la enajenación, la alienación, el desdoblamiento en roles y estereotipos.

La responsabilidad de los proletarios en el presente

Otro año más termina y el horizonte de la revolución todavía parece muy lejano. El clima de represión se va recrudeciendo en la misma proporción que la situación económica. La burguesía está cargando sus armas para contener la posibilidad de una revuelta proletaria en la zona. Se acercan las fechas en las que, desde hace 2 años, algunos proletarios salen a la calle a saquear comercios para recuperar algo del plusvalor que se les extrajo, o bien lo hacen embriagados de publicidad capitalista para satisfacer sus falsas necesidades. Esperemos que no haya detenidos y que no tengamos que enterrar a ningún hermano.

Tenemos que afianzar los lazos de solidaridad y asociacionismo proletario para defendernos y contraatacar. La socialdemocracia nos intentará llevar al matadero, diciéndonos que aceptemos los aumentos que nos ofrecen, que trabajemos más, o que la gendarmería está en la calle para defender a los honestos trabajadores. Van a comenzar a usar la palabra austeridad, tan de moda en Europa desde hace unos años. Nos van a pedir que nos esforcemos por la economía, ¡por SU economía!
Van a tratar de desmembrarnos, de partirnos en mil categorías: los que roban, los que trabajan hasta deslomarse, los extranjeros, los jubilados, los estudiantes, los del interior. Van a darnos bocadillos para que nos traicionemos entre nosotros. La fortaleza y la solidaridad están a la orden del día, no podemos seguir agachando la cabeza viendo cómo nos derriban.

Mientras tanto, las caras de los políticos ya están en la calle nuevamente, la temporada electoral comienza y sus eslóganes intentan colarse en nuestro inconsciente. Ellos van a definir nuevamente cómo se organizan para organizar nuestra vida, nuestro futuro. Van a vendernos que “el futuro nosequé” o que “el cambio es posible”.

La única salida, el único “cambio”, ahora y siempre, es la revolución social. Una revolución profunda y total, que modifique todos los aspectos de la vida humana. Una revolución que no va a llegar sola, una revolución que no es una bella palabra para luego bajar la cabeza ante “el mal menor”. Para HACER la revolución hay que SER la revolución, desobedeciendo al mandato dominante, comprometiéndose, destruyendo el ideal burgués de felicidad, para crear otro que no sea miserable e individual, cuantificable y legal.

Contra el Capital, el Estado, la política y el mercado. Por la comunidad humana mundial. Por el Comunismo. Por la Anarquía. Siempre.

CHERNOBIL PARA TODOS

Entre el 17 y el 21 de noviembre se realizó en Bariloche la 16ta conferencia internacional del Grupo Internacional de Reactores Experimentales. Esta organización, que se reúne cada 2 años, es la vanguardia internacional científica en torno al estudio de la potencialidad de la fisión nuclear para uso de generación de energía.

No es ninguna novedad la intención del Estado Argentino en torno al desarrollo de la energía nuclear para uso comercial. Durante julio, en la visita de Putin, Cristina Kirchner declaraba «nuestro país es líder en generación de energía nuclear con fines pacíficos, y líderes no sólo científicos sino también en materia de no proliferación». Es tranquilizador saber que vivimos bajo el control de unas Fuerzas Armadas que actualmente aspiran solamente a comprar aviones caza y bombarderos israelíes, y no a armarse nuclearmente.

En los pasados días hubo además una declaración de los países del Movimiento No Alineado: «El MNA acentúa el derecho básico e inalienable de todos los países a desarrollar, investigar, producir y utilizar la energía atómica para fines pacíficos, sin ninguna discriminación y conforme a sus compromisos legales». Pareciera que ninguna burguesía nacional se quiere quedar sin la posibilidad de tener su propio Chernobil. En esta cruzada, están incorporando a premios Nobel y a ambientalistas que afirman que la energía nuclear brinda un apoyo considerable a la lucha contra el calentamiento global. ¿Será por esta razón que hace décadas que nos bombardean con esa baratija ideológica, con ese falso objetivo reformista?

Hace poco más de un mes se anunció que la Central de Fisión Nuclear Nestor Kirchner–Atucha II alcanzó el 75% de su máxima potencia esperada (525MW). Esta central, cuya construcción estuvo paralizada durante más de 20 años, recomenzó sus obras en 2006, y su conclusión a principios de este año fue motivo de celebración en las figuras del gobierno y de la burguesía industrial de la región.

En estos tiempos oscuros, en donde la ciencia ocupa el lugar que antaño tenía el catolicismo, y con la razón en la mano como la fe de sus predecesores, es sano para los proletarios que hagamos memoria de las luchas de nuestra clase contra la alienación, la destrucción del medio natural y la proliferación de tecnologías que claramente se escapan al control humano y se vuelven contra nosotros.

Recordamos cuando el proletariado del País Vasco pudo frenar la construcción de la central nuclear de Lemoniz en 1984, luego de años de luchas sociales generalizadas. No nos olvidamos tampoco del asesino Felipe González y de su genocida Partido Socialista Obrero Español que, en una deleznable jugarreta política, firmaron la moratoria nuclear, intentando llevarse los laureles de la valiente lucha proletaria.

También, en 1981 en Alemania, centenares de manifestantes atacaron a los policías que vigilaban el sitio de construcción de la central de Wackersdorf. Dos años después, la construcción fue abandonada.

En Italia, años de estrategia descentralizada de sabotajes sistemáticos al programa nuclear del Estado vieron sus frutos cuando, en 1990, luego de la controversia que siguió a Chernobil (1986), se cerró la última de las 4 centrales de ese país. Cabe remarcar que una perspectiva de lucha similar se lleva a cabo actualmente por decenas de grupos anarquistas y autónomos contra los Trenes de Alta Velocidad.

Hace más de tres años ocurría, luego de un terremoto y subsecuente tsunami, el desastre de la estación Fukushima I en el centro de Japón. Hasta el día de hoy la burguesía no puede dar versiones certeras de la verdadera magnitud del desastre. Nunca sabremos con certeza el número de muertos y heridos y la cantidad de matería filtrada a las napas y al Oceano Pacífico.

Nuestra única posibilidad de terminar con este magno desastre es desarmar, no las centrales y las armas nucleares, sino a la burguesía. Terminar con este horroroso reino de la ciencia, la tecnología y la razón burguesa para construir una relación íntegra de la humanidad comunista con su entorno, revinculándonos con la vida y decidiendo colectivamente y sin la injerencia de mercados y monedas cómo queremos que sea nuestro alimento, nuestro hábitat y la energía que necesitamos.

MEMORIA: DICIEMBRES

1907, desierto de Atacama, norte de Chile. Lejos de todo. Calor inhumano. Condiciones de trabajo insoportables.
 
Al Capital no le importa nada de esto, y a principios del siglo XX es una de las zonas más prósperas del país de explotación salitrera y marítima. El proletariado revolucionario también se pone en marcha desde fines del siglo XIX. Sociedades de resistencia, centros de estudios y periódicos agitan por mejorar la vida y por la Revolución Social.

En 1905 se da en Santiago «La Huelga de la Carne», ferozmente reprimida, cuyos destellos tambien llegaron al norte.

En 1906 estalla la huelga de los ferrocarrileros a La Paz pidiendo 1 hora y media para comer, entre otros puntos. Por burdo que parezca, esto cuesta, ademas de la huelga, tiroteos con la policía y saqueos.

1907 es la hora de los más olvidados. Los obreros de los salitres, los que trabajan tierra adentro en el desierto. Son popularmente llamados pampinos o calicheros. Sus condiciones de vida son de esclavos, trabajan entre 8 y 10 horas bajo el sol y cobran en vales que sólo pueden cambiar en los almacenes de las compañías. Además, las compañías salitreras tienen policía propia ejerciendo un control total en las minas.

El 10 de diciembre se desata la huelga en la mina San Lorenzo, y pronto se suma la de Altos San Antonio. Así se van sumando otras canteras e incluso otros gremios en solidaridad, por lo que la huelga es general en todo el norte. Los pampinos dejan su trabajo y caminan en masa hacia la ciudad de Iquique. Piden reemplazar los vales por dinero, la fundación de escuelas nocturnas, libertad para comprar en cualquier almacén, entre otros puntos. Otros trabajadores también viajan hacia Iquique a apoyar a sus hermanos. Los pampinos, los más explotados, los que el desierto se traga, convirtieron el norte en un polvorín.

El día 16 llegan a Iquique 7.000 trabajadores y la mayoría se alojan en la Escuela Domingo Santa María. El 20 de diciembre se declara el estado de sitio en un clima de tensión. El encargado de la represión será Roberto Silva Renard, militar “héroe” en la Guerra del Pacífico (1). Para el 21 siguen llegando obreros sumándose más de 10.000. Ese mismo día se da la orden de desalojar la escuela y volver al trabajo.

Los pampinos eran chilenos, argentinos, y en gran parte peruanos y bolivianos, además de inmigrantes europeos. Cuando los cónsules de cada país pidieron a “sus” trabajadores que se alejaran del conflicto, nadie acató la orden. Borrando estúpidas fronteras, el grito de guerra fue: ¡con los chilenos vinimos, con los chilenos vamos a morir!

600 balas por minuto podían disparar las modernas ametralladoras Maxim. Se calcula que fueron asesinados más de 2.000 trabajadores y trabajadoras. Exilio y vuelta al trabajo para los sobrevivientes.
 
1914, Antonio Ramón Ramón y su medio hermano Manuel Vaca migran —como tantos otros— de España a Brasil. Desde allí bajan a Argentina, donde parten rumbos y Manuel sigue viaje a Chile.

Desde fines de 1907 Ramón Ramón deja de recibir cartas de su querido Manuel. En junio de 1908 viaja a Chile y conoce lo sucedido 1 año atrás. Tras quedarse un tiempo más, vuelve a Argentina. En 1914 está de nuevo en Chile, esta vez en Santiago.

El 21 de diciembre, el general Silva Renard sale de su casa rumbo a la fábrica de cartuchos, la cual dirigía. Un día como tantos otros en la vida del héroe chileno.
Alguien se acerca.

—¿Es usted Silva Renard?
—Sí.

Antonio Ramón Ramón acuchilla al general asesino. Huye, intenta envenenarse pero no funciona. Lo atrapan. Al día siguiente las agrupaciones revolucionarias saludan el gesto generoso de Ramón Ramón a través de sus prensas, quien ha vengado a los pampinos y que declara que su acción no ha sido sólo por su hermano, sino por todos los trabajadores.

Está 8 años preso. Los anarquistas de Santiago juntan dinero y se lo entregan el día de su partida. Luego, su vida se perderá en el olvido en su España natal.

El asesino Silva Renard no murió por las heridas, sino en 1920, retirado ya de la vida militar, postrado y deforme en una silla de ruedas.


Nota:
(1)  La Guerra del Pacífico o Guerra del Salitre se produjo entre 1879 y 1883. Se enfrentaron Chile, Bolivia y Perú por el control de los yacimientos salitreros de la zona

A UN AÑO DE LA CONDENA A LOS PETROLEROS

En el año 2006 trabajadores petroleros de Las Heras organizados se encontraban luchando por mejores condiciones laborales. Las luchas se extendieron por 20 días, con huelgas y movilizaciones. Frente a ésto, el poder judicial de Santa Cruz ordenó la detención de varios trabajadores, desatando una pueblada que marchó a la alcaldía para exigir la liberación y que terminó con una brutal represión. En estas circunstancias, por demás de confusas, murió un policía. Con esta excusa fueron apresados más de 17 trabajadores y acusados por desmanes y asesinato. Además, Las Heras fue militarizada por la gendarmería que instaló un clima de terror en la población.

Este 12 de diciembre se cumple un año de la condena a cadena perpetua a cuatro trabajadores petroleros: Ramón Cortéz, José Rosales, Franco Padilla y Hugo González, acusados de asesinato. Durante el desarrollo del lento proceso judicial, estos trabajadores estuvieron encarcelados durante tres años (2006–2009). Sus testimonios fueron arrancados bajo tortura física y psicológica, con los que se rearmó la causa en el año 2010 y por la que, en el 2013 y sin ninguna prueba material, se hizo efectiva la condena.

No vamos a pedirle al Estado su indulgencia luego de que nos apalea, no vamos a reclamar una justicia más justa, una policía menos corrupta. Estas “injusticias” no son aspectos del sistema que pueden subsanarse, sino el aspecto más explícito de la violencia cotidiana a la que el Estado y el Capital nos someten.

Imbuidos en este clima de reorganización formal del aparato represivo, cada vez más especializado y tecnificado, y ante esta trágica situación que le toca a los petroleros, alentamos a la lucha por la destrucción de este sistema de explotación y miseria, porque no queremos ni vamos a aceptar que nos exploten y encima nos pudran en sus cárceles. 

En solidaridad con los petroleros, invitamos a la actividad que se realizará el próximo 12 de diciembre a las 18hs., en la Plaza Sarmiento, Entre Ríos y San Luis.
¡Abajo el Estado y sus cárceles, policías y milicos! ¡Abajo el Capital!

sábado, 8 de noviembre de 2014

¿HASTA CUÁNDO VAMOS A AGUANTAR? ¡BASTA DE ASESINATOS!

LUCIANO ARRUGA
El cuerpo de Luciano Arruga apareció sin vida el día de la lealtad peronista, el 17 de octubre del año 2014 de esta “década ganada”, tres días después de que aumentaran a un millón de pesos la recompensa por datos sobre su paradero. Es uno de los más de 4200 asesinados por las instituciones democráticas y uno de los más de 200 que se encuentran desaparecidos, aunque la presidenta afirme que «Hoy afortunadamente nadie desaparece de ningún lado, estamos vivitos y coleando», tal como dijo el año pasado en La Plata, en la inauguración de la biblioteca ‘‘Madres de Plaza de Mayo’’ del Colegio Nacional. 

Estaba desaparecido desde el 31 de enero del año 2009, cuando tenía 16 años. Fuentes judiciales determinaron que habría muerto atropellado por un vehículo el mismo día de su desaparición y enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita. Pero esa no se la cree nadie... ¿Por qué? Porque a Luciano la policía lo tenía marcado desde antes. Fue detenido en septiembre del 2008 y llevado al destacamento de Lomas del Mirador, en donde, como no es comisaría ni cárcel, lo retuvieron en la cocina. Su hermana Vanesa lo escuchó: «Me están cagando a palos», y escuchó también la amenaza de las fuerzas del orden: «Negro de mierda, te van a violar en la 8ª y vas a aparecer en un zanjón».

Luciano les había contado a su mamá y a su hermana que la policía le había ofrecido "trabajar para ellos". Con 16 años y sin antecedentes era un buen candidato para el puesto que le ofrecían los responsables de la seguridad: era joven y fácil de sacar de la cárcel. Al no aceptar, comenzaron a hostigarlo y a detenerlo sin razón aparente. Decirle que no a la mafia policial tuvo su costo.

Según testigos, Luciano Arruga fue visto por última vez moribundo en el piso del destacamento de Lomas del Mirador, una comisaría que en la última dictadura cívico-militar funcionó como Centro Clandestino de Detención. Para agregar más datos a la continuidad burguesa de dictadura-democracia, comentamos que en el año 2007 fue reinaugurado como una dependencia de la Comisaría novena de esa localidad al calor de los reclamos de la agrupación Vecinos Alerta por Lomas del Mirador. Vanesa lo explica contundente y sintéticamente: «el grupo de vecinos pedía más policías y era la misma policía la que sembraba el terror en el barrio».


FRANCO CASCO
En la ciudad de Rosario, Franco Casco de 20 años estaba desaparecido desde el 6 de octubre. Había estado detenido en la Comisaría Séptima, pero desde allí aseguraban haberlo liberado por falta de antecedentes. Sus familiares y amigos, naturalmente, sospechaban de la policía.

Franco era de Florencio Varela y había venido de visita a Rosario. El mismo día de su desaparición había decidido tomarse un tren con destino a Retiro para volver a su casa, pero tal como lo expresó su madre Elsa, Franco nunca llegó. Dos días después su padre viajó a Rosario, y tras no obtener noticias ni en la estación de trenes ni en la de ómnibus se dirigió a la Comisaría Séptima, en donde le informaron que dos noches atrás Franco había sido detenido por resistencia a la autoridad, pero que, ante la falta de antecedentes, había sido liberado. A la semana siguiente, cuando Elsa decidió viajar en busca de respuestas, obtuvo una versión completamente diferente de la narrada a su marido por parte del personal de la Comisaría: ahora Franco había pasado por allí “para luego ser puesto en libertad” un 7 de octubre. En la fiscalía, contó, había visto dos fotos de su hijo con el rostro golpeado, así como también denunció que la firma del libro de guardia no coincidía con la de su hijo.

El día jueves 30 de octubre, durante la redacción de este número del boletín, y en plena movilización por su desaparición, apareció un cuerpo sin identificar en el río Paraná a la altura del parque España, luego de una denuncia telefónica. Horas más tarde, sus familiares reconocerían el cuerpo de Franco. Para suerte del gobierno socialista provincial, su policía encontró el cadáver en menos de un mes, por lo que ahora no tendrán que cargar con el peso de otro desaparecido en democracia.

Compartimos un fragmento del volante repartido en la concentración a la que convocamos el día viernes 31 de octubre tras enterarnos de la noticia en la zona centro de la ciudad de Rosario:

«¿Cuántos más tienen que morir? ¿Cuánta policía más hace falta en la calle? ¿Cuántos abusos tendremos que soportar? Digamos basta, pero entre todos, juntos, sin caer a pedirle nada al Estado que es el mismo que nos asesina. Del Estado, de los partidos y la policía no esperamos nada, más que muerte y explotación. Todos los explotados juntos tenemos que luchar y crear lazos humanos y solidarios para defendernos de los ataques de estas lacras. Todos juntos podemos vencerles. Para que ningún hermano, hijo, amigo, vecino, caiga de nuevo por las torturas y las balas de las fuerzas del Estado, llámese policía, policía comunitaria o Gendarmería. Ellos nos quieren muertos: de hambre, de trabajo, por sus golpes. ¡Basta! »

INTERNACIONAL: MASACRE EN GUERRERO

El 27 de septiembre en Iguala (Guerrero, México), en un corte de ruta en Ayotzinapa, 43 estudiantes normalistas fueron desaparecidos tras ser interceptados por la policía y un grupo de sicarios de los narcos locales (Guerreros Unidos). La búsqueda de los estudiantes desato aún mas el escandalo: se empezaron a encontrar cuerpos de otros desaparecidos.

En un llamado inmediato a salir a la calle podía leerse: «Si la ejecución de los compañeros normalistas fue llevada a cabo por supuestos comandos del narcotráfico o no, nos parece irrelevante, ya que esto no es más que una estrategia del Estado para desligarse de esta operación planeada y ejecutada desde sus distintos órganos políticos y policíacos. Esto revela, por si aún quedan ingenuos, el claro nexo entre esta burguesía ilegal (narcotráfico) y el aparato de dominación de capital: el Estado.» (1) Desde aquí podemos afirmar que las realidades no son tan distintas, tal como por esta región cuando atacan las patotas sindicales y politiqueras, deslindándose al Estado de su responsabilidad. No faltará mucho para tener nuestros sicarios locales atacando la protesta proletaria.

Desde otra parte del mundo se pronunciaban otros compañeros (2): «Los medios de desinformación españoles apenas han tratado la noticia y los que lo han hecho han lanzando el mensaje de que todo fue “cosa de narcos”, pero la realidad es bien distinta.» Nuevamente hay “coincidencias”, esta vez en cuanto a los medios masivos de (in)comunicación, sea acá o en España.

El panfleto continúa: «El asesinato de los compañeros no ha sido un asunto aislado, forma parte de la represión que el Estado Mexicano viene ejerciendo sistemáticamente contra todos los que se alzan contra el capitalismo, ya sea mediante la policía estatal o mediante fuerzas paramilitares. Este suceso ha desatado una reacción que ha sacado a miles de personas a la calle en todo México, mientras la lucha en el estado de Guerrero se agudiza. Desde aquí llamamos a solidarizarnos de la forma que sea posible con los compañeros, ya que la lucha que llevan a cabo es nuestra lucha, la lucha contra un mismo enemigo, el mismo en México, en España, en Turquía, en Brasil o en cualquier parte del planeta. Un mismo enemigo que nos roba la vida y no duda en reprimir duramente si se da la necesidad, como en el caso de Ayotzinapa, los 14 muertos en Turquía a manos de la policía esta misma semana, la represión brutal en Brasil a manos de otro partido izquierdista, el Partido de los Trabajadores de Lula y Dilma, o las leyes que
están imponiendo en España ante lo que se ve venir. No es hora de victimismos ni llantos, debemos comenzar a organizarnos seriamente ante la represión que viene, que sin duda se agudizará en todas partes, al igual que la lucha. La lucha en esas zonas es nuestra lucha, y sus muertos los nuestros. En todas partes el enemigo es el mismo: el sistema capitalista».

En medio de organización, movilizaciones y reclamos, el miércoles 22 de octubre un grupo de manifestantes rabiosos quemaron el ayuntamiento de Iguala. Al término de la marcha, en Galerías Tamarindos fueron saqueados y destrozados comercios propiedad del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa. Abarca cuenta con 31 casas y departamentos, además de 9 empresas y 13 joyerías sólo en Guerrero. Es dueño de la Universidad Benemérito de las Américas y en el DF cuenta con 10 propiedades más entre su vasta fortuna. Tras ser acusado como responsable de la masacre, se encontró prófugo hasta que el día 23 de octubre fue apresado e imputado por haber ordenado el ataque contra los normalistas y por sus presuntos vínculos con el cartel Guerreros Unidos, que dirigen hermanos de su esposa.

En el artículo ¿Hacia dónde dirigimos nuestra mirada cuando buscamos justicia? de Regeneración Radio (México) donde se explica la continuidad histórica del exterminio en Guerrero, expresan: «Las atrocidades de estos hechos no han destapado nada nuevo, nos recordó abruptamente la realidad en la que estamos sumergidos: asesinatos, fosas clandestinas, desollados, desapariciones; sin embargo, los hechos también dan pie a la memoria y al análisis, en este caso posibilitan un ejercicio para crear continuidades en la política asesina del Estado, particularmente en Guerrero, así como aportar elementos que nos permitan entender las reconfiguraciones del crimen organizado y su impacto en el movimiento social. Parecieran dos temas separados, sin embargo, el crimen organizado no está apartado de la clase política, es fundamental para la reproducción del andamiaje que se encuentra detrás del caos y violencia actual». Y finalizan el artículo: «Buscar justicia con ellos, los de arriba, es permitir que en un futuro estemos luchando a raíz de nuevas masacres e injusticia. Es permitir que
el de arriba se ría de nosotros, que los medios manipulen los hechos para poner en el pódium a sus héroes dejándonos con nuestro dolor. Y bajo estas líneas es fundamental que nos preguntemos: ¿hacia dónde dirigimos nuestra mirada cuando buscamos justicia?». El viernes 7 de noviembre por la tarde el Estado oficialmente reconocio que fueron ejecutados. Tres miembros de Guerreros Unidos confesaron el crimen pero aún los restos de los estudiantes no se hallaron.

El estado mexicano se quiere despegar del hecho, es obvio.

Organizándose, encontrándose en la lucha, confrontando al Estado y al Capital continúan muchos proletarios en la región mexicana; pese a los sicarios, a las fuerzas estatales, y al coro de reformistas represores que quieren que todo siga igual.

Notas:
1 Ni los muertos estarán a salvo… Pronunciamiento ante la masacre del 27 de septiembre en Iguala, Guerrero. Origen desconocido. Puede buscarse más información y pronunciamientos militantes sobre los acontecimientos en los sitios web mexicanos: www.antagonismo.net y www.proyectoferrer.wordpress.com

2 Solidaridad con los compañeros de México. Revista Racaille, octubre de 2014, Asturias, España. www.revistaracaille.wordpress.com

LOS CÓDIGOS DE LA DEMOCRACIA

Ante las nuevas reformas del Código Civil y del Código Penal, lo primero que sentimos es desconfianza. Mientras el debate transcurre entre la “inseguridad” reducida a los robos callejeros, si éste es o no “el gobierno de los derechos humanos” y otras vociferaciones, la realidad es que se está pergeñando otro episodio en el proyecto general burgués intentando hacer más eficiente y controlador su poder de clase, en este caso intentando perfeccionar su tentáculo judicial. Como sabemos, toda ley es expresión de los intereses de la clase dominante, y su objetivo último es mantener esos intereses.

Ante estos episodios se nos vienen a la mente las palabras de Rafael Barrett, que no dejaremos de repetir: «Por definición, la ley se establece para conservar y robustecer las posiciones de la minoría dominante; así, en los tiempos presentes, en que el arma de la minoría es el dinero, el objeto principal de las leyes consiste en mantener inalterables la riqueza del rico y la pobreza del pobre. Llega el instante de que la idea de justicia nazca porque la ley, que favorece al poderoso, habría de parecer justa al poderoso, y al humilde, injusta. Sin embargo, nace la idea en sentido contrario: el poderoso encuentra la ley todavía estrecha a su deseo, ya que él mismo la dictó y es capaz de hacer otras nuevas.» (Los jueces, publicado en “Germinal”, Asunción, 6 de septiembre de 1908)

Aunque las sufrimos en carne propia, a los proletarios las leyes se nos hacen difíciles de comprender. Es por esto que nos dispusimos a buscar de qué se tratan estas modificaciones. Las leyes viejas son los caprichos de los burgueses de ayer y por lo tanto no hay que luchar por volver a códigos anteriores. Abocar nuestras energías en la presión parlamentaria sería combatir a los poderosos con sus mismas instituciones.

CÓDIGO CIVIL
A comienzos de octubre fue promulgado el Código Civil por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner junto a los jueces de la Corte Suprema, bautizándolo como “hijo de la democracia”.
Después de dos horas de circo de cruces y acusaciones entre oposición y oficialismo en el Congreso Nacional, y tras 8 horas de debate, el oficialismo con 134 votos a favor, y la ausencia de la totalidad de la oposición, convirtió en ley la reforma del Código Civil y Comercial. "En tiempo récord" acusó la oposición.

ART.19. «LA LEY BERGOGLIO»: Las polémicas mediáticas se limitaron a la reforma del artículo 19 del viejo código, cuya nueva versión dictamina que «la existencia de la persona humana comienza con la concepción en el seno materno». Esto supondría un retroceso para garantizar la reproducción asistida y es, por sobre todo, un retroceso en el camino hacia la legalización del aborto, por la que muchas organizaciones luchan desde hace años. Si bien se remarcó en varias ocasiones la clara presión que ejerció la Iglesia con respecto a este artículo en particular, certificada con encuentro entre papa y presidenta, nada pudo escucharse en los debates sobre la artificialización de la vida, legalización de los cuerpos o la existencia de la Iglesia; eso sí, se repitió por enésima vez que «este gobierno que se dice progresista, bla, bla, bla». La declaración de la presidenta el día de la promulgación de este código dejó bien en claro que su proyecto es el mismo que la burguesía ha tenido siempre: “Ahora no sólo reconocemos el derecho a la propiedad privada, sino a otro tipo de valores como el cuerpo, los órganos, los genes”. Desde hace siglos los proletarios debemos entregar forzosamente nuestro cuerpo a la burguesía, como energía, fuerza de trabajo, descendencia o como fuera, es decir, desde hace siglos la clase dominante controla aquello que hacemos con nuestros cuerpos.

LEY PATRONAL: Según el análisis de la Asociación de Abogados Laboralistas de el Nuevo Código Civil y Comercial de la nación (octubre de 2014), las principales modificaciones que afectan a los trabajadores están orientadas a reducir sus posibilidades de extender sus reclamos contra los socios u otras empresas vinculadas al empleador, al reducir las posibilidades de cobrar las deudas que mantienen con sus empleadores, asegurando además a los grupos inversores que el resto de su patrimonio no se vea afectado por reclamos laborales. A su vez, se introducen nuevas figuras contractuales y modificaciones a las ya existentes que permitirían su utilización fraudulenta para ocultar relaciones laborales. De esta manera, las empresas podrán reducir costos, haciendo firmar a sus trabajadores nuevos tipos contractuales que esconden su carácter de trabajadores dependientes.
  • Se permite que las empresas que integran “contratos asociativos” no sean responsables solidarios por los contratos que celebran en nombre de la asociación, pudiendo ellas mismas establecer diferentes grados de responsabilidad y/o de distribución de las deudas entre las mismas.
  • La nueva legislación laboral no permitirá que los trabajadores de una empresa que tiene la franquicia de otra empresa puedan hacer responsable solidario también a la empresa franquiciante por la totalidad de las deudas laborales que tienen con la empresa franquiciada.
    Se permitirá que el empleador/persona física pueda crear dos patrimonios diferentes, de los cuales los trabajadores podrán acceder en sus reclamos sólo a uno de ellos, siendo el otro patrimonio inaccesible para los trabajadores. 
  • Los trabajadores estatales, quienes utilizan reglas del Código Civil en sus reclamos para hacer responsable a la administración pública por los accidentes de trabajo que sufren en sus lugares de trabajo, se verán en problemas ya que el nuevo Código Civil y Comercial establece que sus disposiciones no resultan aplicables al Estado y sus funcionarios, y que todo lo referente a su responsabilidad frente a las personas estará regulado exclusivamente por las reglas y principios del derecho administrativo.
  • Se flexibilizará el concepto de remuneración, entendida como la contraprestación propia del trabajador por haber puesto su fuerza de trabajo a disposición del empleador, ya que utiliza el mismo término para calificar a prestaciones que se dan en el marco de contratos no laborales, lo cual permitirá nuevas prácticas tendientes a eludir la protección constitucional del salario.
ART. 1762: «Si un grupo realiza una actividad peligrosa para terceros, todos sus integrantes responden solidariamente por el daño causado por uno o más de sus miembros. Sólo se libera quien demuestra que no integraba el grupo.» Es decir, se es culpable hasta que no se demuestre lo contrario. Toda ley es interpretable, y ésta se deja interpretar muy bien para criminalizar la protesta y la agitación social.

URBANISMO: Así como hay artículos de ley dictados por empresas religiosas, otros son dictados por los beneficiados del mercado inmobiliario. Investigando un poquito, uno se viene a enterar que en el vigente Código Civil, en sus artículos 2639 y 2640, se pronuncia que «los propietarios limítrofes con los ríos o con canales que sirven a la comunicación por agua están obligados a dejar una calle o camino público de 35 metros hasta la orilla del río, o del canal, sin ninguna indemnización» Con la reforma, estos caminos públicos de las orillas de los ríos de toda la Argentina desaparecerán, pasando a ser completamente privados.

AGUA: Si bien nuestro planeta no es una suma de recursos, así como el agua no es un derecho, sí lo es en una sociedad completamente invertida. El agua es simplemente agua, nosotros somos humanos y la necesitamos para vivir. Con la reforma del Código Civil se eliminará el acceso al agua como derecho humano fundamental. Este cambio servirá, entre otras cosas, para racionar el agua a la población, lo que seguramente no afectará a mineras, petroleras, papeleras y demás industrias.

CÓDIGO PENAL
Ya son de público conocimiento las declaraciones de Berni que vienen en sintonía con otras que apelan a la xenofobia para distraer las verdaderas causas de los conflictos sociales, la vieja táctica burguesa de personificar a los extranjeros como chivos expiatorios. «Estamos infectados de ladrones extranjeros» dijo el teniente coronel. No es sorprendente que todos los fervorosos anti–K, tan adeptos a los comentarios virtuales en los sitios web de los diarios, no critiquen esto sino que insulten pidiendo que se cumpla y que no sea otra “mentira del gobierno” esto de echar a los inmigrantes del país. Massa, uno de los líderes de la oposición y de toda esa masa opinóloga lo dijo bien clarito: «Estamos de acuerdo con herramientas que permitan expulsar a inmigrantes que cometen delitos», rematando que «Argentina necesita un sistema de justicia más estricto». Aquellos extranjeros que tengan una situación irregular de papeles en el país y sean sorprendidos in fraganti cometiendo un delito serán expulsados y no podrán reingresar por 15 años. Claro que cuando hablamos de extranjeros no nos referimos ni a George Soros, ni a Justin Bieber, ni a Dilma Rousseff, sino a los proletarios que migran de país a país tratando de sobrevivir.

«Por otro lado —señala la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional, Correpi—, se refuerza el concepto de prisión preventiva (herramienta infame en su esencia y, mucho más, en su utilización jurídico–política). (…) Se incluye a la conmoción social como una de las acciones de excepción que permite utilizar la herramienta que, según los propios autores del proyecto, debería ser la excepción y no la regla. ¿Se imaginan los usos políticos de la expresión “conmoción social”? ¿Se imaginan quiénes van a poner, una vez más, los presos?

Cabe aclarar que el proyecto oficialista no carece de un cínico humor. En el art. 15 se prescribe que no se podrán alojar presos en “lugares no habilitados o en sitios donde no reúnan las mínimas condiciones de salubridad”. ¿Qué piensan hacer entonces con todas las prisiones y comisarías del país?»

Las reformas del Código Penal tienen diversos argumentos: que es para cumplir con los derechos de las víctimas de delitos o para una justicia más rápida y eficaz. Pero el que más resalta es aquel que presenta la finalidad de estas reformas, como la de mejorar la seguridad para todos los ciudadanos. Nos parece importante retomar alguna de las frases de Marx en Sobre la cuestión judía para recordar que no somos ciudadanos y que estas categorías de derechos humanos y de seguridad no nos pertenecen:

«La seguridad es el supremo concepto social de la sociedad burguesa, el concepto de orden público: la razón de existir de toda la sociedad es garantizar a cada uno de sus miembros la conservación de su persona, de sus derechos, de su propiedad. (…) La idea de seguridad no saca a la sociedad burguesa de su egoísmo, al contrario: la seguridad es la garantía de su egoísmo. Ninguno de los llamados derechos humanos va, por tanto, más allá del hombre egoísta, del hombre como miembro de la sociedad burguesa, es decir, del hombre replegado sobre sí mismo, su interés privado y su arbitrio privado, y disociado de la comunidad. Lejos de concebir al hombre como ser a nivel de especie, los derechos humanos presentan la misma vida de la especie, la sociedad como un marco externo a los individuos, como una restricción de su independencia originaria. El único vínculo que los mantiene unidos es la necesidad natural, apetencias e intereses privados, la conservación de su propiedad y de su persona egoísta.»

domingo, 12 de octubre de 2014

REFLEXIONES DESDE EL BARRIO

Es de público conocimiento que la Biblioteca Alberto Ghiraldo no posee local propio y que se sustenta con el aporte voluntario de las personas interesadas en que este proyecto exista, no recibiendo dinero del Estado, ONGs o cualquier empresa. Por estos motivos, la biblio no se asienta en un espacio fijo y ha ido moviéndose por diversas casas y locales de la ciudad de Rosario: Callao 314 allá por la década del 80, y más adelante Paraguay 2212 y Sarmiento 1418 hasta llegar donde nos encontramos hoy.

Nuestra intención no ha sido asentarnos en un barrio en particular para quienes habitan una zona en particular. Nuestra intención es acercarnos, conocernos, debatir y coincidir con quienes se interesan por la crítica social, la reflexión subversiva y, por sobre todo, con quienes quieren luchar por el comunismo y la anarquía, contra el Estado y el Capital.

En este trayecto una “recomendación” o crítica se repitió, más que otras, en forma de pregunta: «¿Por qué no están en un barrio?» o en modo imperativo «Ustedes tendrían que estar en un barrio». Siempre nos ha sorprendido esta mitificación que tiene el amplio sector de izquierda por “el barrio”, lugar abstracto que pareciera ser todo lo que no es el centro y donde las propuestas serían mejor recibidas. Nosotros comentamos que este proyecto no tiene una intención geográfica, y que allí donde haya explotados y oprimidos puede haber lucha y revolución. Pero curiosamente, esto podíamos responderlo a los críticos cuando estábamos en el centro de la ciudad, porque ahora que nos fuimos más hacia el oeste, pareciera que estamos muy lejos para escuchar sus críticas. Nos tiene sin cuidado. Quienes no poseemos casa y debemos alquilar, no tenemos aprecio particular por ninguna zona de la ciudad, no tenemos un barrio al cual pertenecer. Con respecto a la biblioteca, cuando estuvimos en el centro encontramos que le quedaba
cerca a más gente porque pasaban más colectivos o porque en algún momento del mes hay que ir al centro a hacer algo, pero no fuimos allí por eso, encontramos esa característica estando allí.

Hoy nos encontramos en lo que populistas y melancólicos pueden llamar “un barrio”, pero no cambiamos los libros de reflexión subversiva o de memoria histórica del proletariado por manuales escolares con la historia oficial, como nos recomendaban muchos de los que nos mandaban a un barrio. Estamos en Carriego y Marcos Paz, a poquitas cuadras de donde una turba de ciudadanos asesinó a David Moreira en marzo de este año, porque supuestamente había querido robar una cartera. Estando en lo cierto o no respecto al robo, pensaron que un objeto vale mucho más que una vida, y por eso entre decenas lincharon y mataron a David, lo filmaron, se rieron, se enorgullecieron de ello y siguieron defendiendo su accionar, por facebook, en la radio, en los comentarios del almacén del barrio, en el laburo, en la parada del bondi.

Hoy los vecinos del barrio se autoorganizan en asamblea, muchos de ellos se reúnen en uno de esos “clubes de barrio” que supuestamente hay que recuperar, publican que «no basta con indignarse, hay que comprometerse», dicen que «la única lucha que se pierde es la que se abandona», si hasta han reafirmado que «si el voto cambiara algo estaría prohibido». Salen a la calle a protestar, sus carteles dicen “libertad para los chicos”. “Los chicos” son dos acusados de homicidio en el linchamiento. Se sabe porque los supuestos justicieros subieron sus propios videos y sus propias noticias a la web haciendo caso de aquella premisa de la contrainformación: «cada persona un corresponsal». Como vemos, lo que determina la lucha no son las formas (asamblea, protesta, autoorganización, etc) sino su contenido. Son los mismos que piensan como Susana Giménez, la vocera del lema «el que mata tiene que morir», pero esta vez no aceptan que los que matan siquiera vayan presos. Como vemos, ellos lo tienen claro, o no: la cuestión no es matar sino quién mata y a quien.

A los afines, los cercanos, los que compartimos algún proyecto, les comentamos que de estas pequeñas cotidianidades podemos sacar algunas otras conclusiones: que el barrio, como la ciudad, el país o el continente en que vivimos —porque nos toca habitar— tiene características que nos emocionan, nos agradan, pero puede que estas se encuentren también al otro lado de la avenida o de las fronteras. Los gestos que nos unen no son privativos de un barrio, sino que están en muchas partes donde hay personas solidarias, con buen humor y ganas de compartir. Y por otra parte, queremos decir que la cárcel no sirve para nada bueno, que así como los reaccionarios dicen que la cárcel no frena los robos, nosotros decimos que la cárcel no va a parar los linchamientos ni los ataques cobardes de ciudadanos represores. Y lo que es peor, cuando se endurecen las leyes y se abren las puertas de las cárceles, se sientan precedentes para que entren siempre los mismos, porque como dice la canción «el rico nunca entra y el pobre nunca sale».

Nos pueden decir que lo queremos todo y que mientras tanto hay otras cosas por cambiar, es cierto, y es cierto que los resultados no pueden verse en lo inmediato, nosotros no pretendemos eso. Sin embargo, los que sí quieren resultados inmediatos y luchan por ello, postergando siempre para mañana la necesidad de ir a la raíz de los problemas, tampoco ven cambios inmediatos, y siempre acaban corriendo de un problema a otro, tapando agujeros. Esta sociedad, cuando se mueve dentro de los parámetros dominantes refuerza los males que busca resolver, desplazándolos de un lugar a otro.

Las grandes luchas pueden empezar por pequeñas, de alguna manera hay que empezar, pero el objetivo debe ser mayor, y como mínimo debe ser no hacerle el juego al Estado y la burguesía.

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LA CONQUISTA DE AMÉRICA Y EL DESAROLLO DEL MERCADO MUNDIAL

Este 12 de octubre se cumplen 522 años del día en el que Don Cristóbal Colón y los suyos avistaron el continente que luego sería denominado América. Dedicarle un artículo, rememorar este acontecimiento, no implica de ningún modo la intención de reivindicar la “diversidad cultural” o el aclamado latinoamericanismo por los izquierdistas de todos los colores, que oponen países del norte y países del sur, pueblos originarios y europeos, y que de este modo ocultan el verdadero antagonismo entre proletariado y Capital que se da a lo largo y a lo ancho del planeta. Por el contrario, si nos detenemos en este fecha, es porque creemos necesario volver sobre nuestra historia, como herederos de todas las clases explotadas del pasado, para combatir las falsificaciones que han hecho de ellas los ideólogos del capitalismo y reforzar la lucha contra la realidad que hoy nos oprime.

El 12 de octubre no representa el “encuentro de dos mundos”: ese fue el día en que comenzó una de las más atroces guerras. En términos generales se produjo en América una destrucción poblacional de un 90 por ciento, es decir, la pérdida de aproximadamente 70 millones de seres humanos (y esto sin contar los esclavos extirpados de África). Todo tipo de comparación entre atrocidades puede ser una atrocidad, pero dada la propaganda que se le da a algunas y el ocultamiento sistemático que se mantiene en torno a otras, no podemos dejar de señalar que ninguna de las grandes matanzas del siglo XX puede compararse con la hecatombe desencadenada en suelo americano a partir de 1492.

Tampoco es cierto que el mal llamado “descubrimiento” (el hombre de hecho llegó a este continente hace, por lo menos, 15 mil años) haya sido un acontecimiento casual. Fue más bien la culminación de un proceso acumulativo de experiencias de exploración y conquista y de perfeccionamientos tecnológicos que se dieron en los años previos a la colonización, en algunos países de Europa, especialmente en Portugal y España. En el siglo XV las experiencias de Portugal en la exploración atlántica hacia el sur respondieron a las necesidades tanto de la nobleza debilitada como a las de los mercaderes por extender las rutas comerciales. Luego de varias expediciones infructuosas, recién a mediados del siglo XV se beneficiaron con tierras con recursos como marfil, pimienta y oro, pero sobre todo con el tráfico de esclavos negros. Esto llevó a nuevas inversiones en innovaciones y técnicas de navegación, que los españoles aprovecharon para su propias expediciones hacia oriente.

En esos momentos, las distintas regiones europeas comenzaban ya a especializarse en la producción para el comercio a larga distancia, los mercaderes se constituían en la figura clave del período en que la producción para el intercambio comenzaba a generalizarse, cada vez más desligada de las necesidades directas. Florecían ciudades puertos como Brujas, Amberes y Amsterdam, a la vez que se introducían múltiples innovaciones en los diversos tipos de financiación, tales como letras de cambio, créditos, etc.

Fue en este escenario de acumulación primitiva u originaria del Capital, que se desplegó en todo el mundo conocido en el este del globo, que Colón concretó su expedición con el objetivo de llegar a China por el camino occidental “directo”.

Tal como advierte Marx, «El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata en América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria.» (Marx, El Capital).

Pero las necesidades del mercado mundial de expandirse no sólo empujaron a la colonización y búsqueda de nuevos territorios para explotar. En Europa se implementó, por distintos medios, la privatización de la tierra, expulsión de inquilinos, aumento de las rentas e incremento de los impuestos por parte del Estado, lo que produjo el endeudamiento y la venta de tierras que se fueron acumulando en pocas manos. Los precios de los alimentos, que durante dos siglos habían permanecido estancados, comenzaron a aumentar. A este fenómeno “inflacionario” se le llamó La Revolución de los Precios, debido a sus devastadoras consecuencias sociales, y fue atribuido a la llegada del oro y la plata de América.

A su vez, es revelador saber que la mayor parte del oro acabó en templos en la India, y la abrumadora mayoría de la plata fue enviada a China. De hecho, Europa había exportado oro y plata a oriente desde tiempos de Roma. Los primeros años de expansión europea fueron en gran medida producto de la necesidad de nuevas fuentes de oro y plata con qué pagar los lujos orientales.

Fue durante esta temprana época que Cristóbal Colón arribó a América y los imperios español y portugués se hicieron de vastas fuentes de metales preciosos, que se explotaron de manera sistemática y despiadada. Nada de todo esto habría sido posible de no ser por la demanda asiática de metales preciosos, prácticamente ilimitada.

Todo este proceso acelerado de acumulación, intercambio mercantil y trastocamiento profundo de la forma de vida y las relaciones de producción hubiera sido imposible sin una violencia mortal y despiadada. Y no sólo en ultramar, sino también en gran parte de Europa, donde la primera reacción a esta revolución de los precios y a los subsiguientes cercados de campos comunitarios no fue muy diferente de la que se había dado poco tiempo atrás en China: miles de ex campesinos forzados a huir de sus aldeas para convertirse en vagabundos protagonizaron intensas y repetidas insurrecciones populares.

Las resistencias y luchas contra la barbarie de la civilización capitalista también estallaron y cubrieron el continente americano, sucediéndose, de los quilombos de negros —oasis de libertad de fugitivos tierra adentro— a los mapuches haciéndole tragar oro líquido a Valdivia por su sanguinaria ambición; de la revuelta de las mujeres guaraníes en 1539 al grito de “matemos a nuestros maridos”, refiriéndose a los conquistadores, quienes hacían de su pene otra arma de conquista, al dramático cuadro de los Tainos y Arawakos en el Caribe, matando a sus propios hijos y haciendo del suicidio un acto de resistencia para no perder la vida trabajando para otro, para no entregarla a la ambición y la avaricia.

La historia del Capital y de las luchas contra su surgimiento y desarrollo, nos demuestra su carácter mundial y destructivo desde sus inicios. Lejos está de ser un desarrollo natural de la especie; este sistema sólo pudo llegar a ser lo que es hoy gracias a la aniquilación y utilización de todas las diversas formas de vida y de vinculación con el mundo y entre humanos que existían en la Tierra y que se le opusieron como pudieron.

Otra vez, hacer memoria, nos recuerda que «el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies a la cabeza».

¿PUEBLOS ORIGINARIOS?

Afín a los tiempos actuales donde las peores aberraciones deben hacerse con un lindo discurso, desde hace años se insiste en usar la categoría Pueblos Originarios para referirse a los humanos que habitan este continente desde antes de la llegada de los españoles. Creen los especialistas que es mejor que llamarles salvajes, indios, aborígenes, indígenas, etc. aunque no cambie en nada la situación en que viven, aunque el genocidio siga existiendo.

Es solo una categoría que le sirve a políticos y reformistas, ya que si la problematizamos un poco nomás, vemos en su aparente corrección, vahos asquerosos.

En primer lugar, si ellos son pueblos originarios los que no lo somos ¿qué somos? ¿Desterrados, inmigrantes, blancos? ¿qué? ¿Tiene sentido clasificarnos por “nuestro” origen?

Tenemos que dejar de lado esas categorías étnicas así como las sexuales o nacionalistas ya que todos somos humanos originarios del Planeta y casi todos igualados en una condición servil. La idea de pueblos originarios coquetea con la del buen salvaje romántico, como si estos humanos no estuvieran también, lamentablemente, subyugados al Capital desde hace siglos. ¿Cómo explicar entonces las migración buscando sustento que han sufrido para ser carne de cañón de la prostitución y la droga en las villas de las ciudades de todo el continente? Y del otro lado la existencia de organizaciones que bregan por estados pluriculturales o mejores leyes, o de dirigentes que andan de gira sonriendo y mendigando a cuanto funcionario se les ponga enfrente. Es delicado incluso porque puede engendrar una especie de nacionalismo étnico o racismo positivo. ¿Ser “originario” es una garantía de algo? No.

La idea de pueblos originarios no hace más que alejarnos y separarnos aun más en un aparente respeto por el Otro. Separarnos entre oprimidos que tienen que aceptar las categorías con las que el Estado, científicos y dueños de nuestras vidas en general nos clasifican.

La conquista de América es un drama para todos los que no tenemos nada en cualquier parte del mundo, porque fue uno de los puntapiés iniciales del actual estado de cosas.

La humanidad reducida a esclavos del trabajo somos los que tenemos que luchar para heredar la Tierra entera. Los únicos extranjeros de ella son la burguesía y el dinero, y a ellos debemos expulsar no de un país, ni de un continente, sino del Planeta, para siempre.

MEMORIA: A 80 AÑOS DE LA INSURRECCIÓN DE ASTURIAS

Las estrellas dominaban la madrugada cuando los obreros tomaron sus posiciones el día 5. Mieres, Sama de Langreo, La Felguera y otras localidades de la cuenca del río Nalón fueron tomadas rápidamente por los insurrectos. Gijón y Oviedo, las ciudades más importantes de la zona, tuvieron que esperar algunas horas debido a algunos problemas técnicos y a la falta de armamento que sufrían los más de 30.000 revolucionarios en la zona.

El día 6, las noticias del fracaso de la huelga general en el resto de la península no desanimaron a los combatientes, que blindaban camiones y fabricaban municiones en los talleres expropiados. Mientras tanto, el ejército de la república se preparaba a enviar cuatro divisiones completas y un ataque conjunto entre ejército, marina y aviación.

Los comités organizaron rápidamente la distribución comunitaria de alimentos. Los vecinos contabilizaban cuánto pan se iba a consumir y se producía en función. El dinero se mantuvo sólo para la compra de productos suntuosos. En la cuenca minera, con predominio de luchadores anarquistas organizados principalmente en la CNT, se proclamó el fin de la explotación del hombre por el hombre: el comunismo libertario.

Las mezquindades de los socialistas, organizados en torno al PSOE y al sindicato UGT, que no compartieron su armamento con los proletarios no encuadrados, y que se habían embarcado en esta aventura como parte de una estrategia política paralela a su tradicional costumbre parlamentaria, dificultaron la defensa de lugares estratégicos como Gijón, que cayó a manos de una incursión naval.

Una tras otra fueron cayendo las barricadas proletarias, hambreadas y sin municiones. Finalmente, el 18 de octubre, tras dos semanas de levantamiento el Estado recuperó el control del territorio. La experiencia revolucionaria quedaba nuevamente en espera y a los insurrectos les aguardaba la cárcel y las vejaciones de los militares, principalmente africanos, traídos a propósito desde tan lejos para evitar posibles solidaridades.

1500 mineros, la columna vertebral del proletariado revolucionario en la región, cayeron en los combates y muchos otros fueron torturados y asesinados en los meses de ocupación militar. La difícil tarea de reconstruir la fuerza proletaria fue asumida de inmediato en cárceles, minas y fábricas, y afortunadamente los compañeros registraron para la memoria histórica las tareas que realizaron, y las dificultades y problemáticas que atravesaron en esas dos semanas.

La comuna de Asturias puede haber sido fugaz, pero su experiencia resulta importantísima para nuestra clase, en su permanente ejercicio de lucha y organización por la revolución mundial.

* * * * * * *

El sábado 11 de octubre a las 18 hs. en el local de la Biblioteca, reflexionaremos acerca de uno de los períodos más emblemáticos de la historia de la guerra de clases. ¿Cómo se desarrolla un levantamiento proletario? ¿Cuáles son las tareas que debe realizar? ¿Fue posible prefigurar otra forma de relacionarnos entre seres humanos, a pesar de lo corto de la experiencia asturiana?
Proyectaremos un breve video titulado Asturias. La última revolución obrera, para luego brindar una charla sobre el tema. Los esperamos para conversar y debatir.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

MANO DURA Y MANO INVISIBLE

«Creemos todavía en la mano invisible del mercado, porque es la que, en definitiva, sigue la historia, siguen las décadas y sigue siempre presente que hay una forma donde se van adaptando y arreglando las cuestiones» dijo Hermes Binner a Radio Del Plata a comienzos de agosto. Y agregó: «Yo creo que existe la mano invisible, estamos hablando de valores que hoy defendimos y que hoy también los tenemos que ayudar a desarrollar». Debido a esto, los progres “K” se deleitaron señalando lo capitalista que es el líder del Socialismo, que empleó aquel término popularizado por Adam Smith [1]. Son los mismos que gustan de poner la palabra socialista entre comillas para regocijarse queriendo demostrar lo poco socialistas que serían, supuestamente, estos dirigentes burgueses que gobiernan Santa Fe. No olvidan pero nos quieren hacer olvidar la función histórica que ha tenido el Partido Socialista contra el movimiento obrero en particular y contra el proletariado en general, oponiendo siempre la reforma a la revolución, el Estado a la libertad. ¿Qué esperaban de Binner?

Es quizás la misma confianza suicida que canta por las calles de Rosario «no es socialista ni popular/es la derecha que gobierna la ciudad». ¿De qué derecha, y por ende, de qué izquierda hablan? Si ponemos en duda la existencia de izquierda o derecha no es porque hemos vivido “el fin de las ideologías” tras la caída del muro en el 89, ni porque el último grito de la moda intelectual nos lo diga. La ciudad es gobernada por los intereses del dinero y la maximización de ganancia.

Entonces los mismos kirchneristas de izquierda y diversos estalinistas que apoyan “el modelo” y se burlan de Binner deberán ahora burlarse de ellos mismos cuando su presidenta cite al mismo Adam Smith en sus somnolientos discursos. Vale la pena advertir que dichos discursos se encuentran disponibles y compilados en el sitio web oficial www.presidencia.gob.ar/discursos, donde se refieren al aclamado economista clásico como Adán Smith.

Continuamos, la mano invisible es una metáfora que quiere expresar la supuesta capacidad autorreguladora del libre mercado. El antropólogo anarquista David Graeber advierte que para Smith «Dios, o la Divina Providencia había dispuesto las cosas de tal manera que nuestra persecución del propio interés, en un mercado sin restricciones, sería sin embargo guiada “como por una mano invisible” para promover el bienestar general. La famosa mano invisible de Smith era, como reconoce en su Teoría de los sentimientos morales, el agente de la Divina Providencia. Era, literalmente, la mano de Dios». Luego la mano invisible fue presentada como una cuestión más ligada a esa supuesta esencia humana a partir de la cual los intereses particulares movilizarían el interés general, intentando quitar el aspecto religioso tal como se hizo en disciplinas científicas.

Este no es el momento para debatir sobre los encuentros y desencuentros de la religión y la ciencia -en este caso la ciencia económica-, pero sí es oportuno poner en debate, criticar y atacar un concepto dominante tan importante y que pasa desapercibido como es el propio interés, patología que padecen los burgueses e intentan inocular a toda la población, con el argumento de que el hombre “es así por naturaleza”, y no por las condiciones sociales y materiales en las que vive.

Continuando en la línea histórica de la burguesía, en el anuncio del Programa ProEmplear y de las modificaciones en el CEDIN, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dijo: «voy a repetir lo que me dice siempre el Dr. Kicillof que me recuerda que Adam Smith decía que el panadero no está para hacer beneficencia, el carnicero tampoco, el carpintero tampoco, están todos para ganar plata. Así que, por favor, terminen con esas locuras del socialismo y todas esas cosas. Y tienen razón, todos quieren ganar plata, así que bueno, vamos a hacerlos ganar plata, pero por favor hagamos las cosas bien». Smith se refería a esto de la siguiente manera: «No es de la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero de lo que esperamos nuestra cena, sino de su preocupación por su propio interés. No nos dirigimos a su humanidad sino a su amor por sí mismos, y no les hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas».

Es así que en el mismo discurso la presidenta machaca con el viejo mito de que si les va bien a los ricos nos va bien a todos, apelando a las ventajas de los empresarios para que de esta forma, supuestamente, nos vaya bien a todos los que pisamos el suelo del Estado argentino: «digo que también hay que invertir y seguir apostando al país. No solamente a los usuarios y consumidores, a los argentinos, sino también a los empresarios, sobre todo, que piensen un poco en todo lo bien que les fue en esta década».

Esta mentira que cristalizó Adam Smith y repiten todos los burgueses, esta mentira que la ideología dominante hace pasar por verdadera es la misma lógica que impregna nuestra forma de pensar, de hacer y de ser el mundo. Los defensores del Capital argumentan que muchas veces esta cuestión del propio interés es interpretada de forma imprecisa, como que simplemente el egoísmo llevaría al bienestar general; y avisan que pasajes de la obra de Smith dejan en claro que en un sistema económico el interés personal no es la única motivación, ya que si así fuera, toda negociación resultaría imposible. Agregan que el ser humano es capaz de comprender el interés personal del prójimo para llegar a un intercambio mutuamente beneficioso. Nosotros podemos decir que de todos modos se sigue apelando a un individualismo asqueroso donde los demás humanos se nos presentan como contrincantes con los cuales solo queda intercambiar, trocar, comprar y vender. Donde los “intereses” jamás se presentan como comunes sino como individuales, aunque son en verdad los intereses del Capital. La mano invisible y el propio interés no son más que las justificaciones burguesas de sus propios intereses en tanto representantes de los intereses del Capital.

Es la misma ideología que nos dice que todo y todos tenemos un precio, entonces nos quejamos por la desigualdad de precios, ¡y no por tener un precio! Es la misma lógica que identifica al planeta con los “recursos naturales”; y así como los sindicalistas negocian nuestro precio, los políticos y ecologistas no ponen en duda que ríos, suelos o montañas tengan precio sino que se preocupan por cómo administrarlos, cómo explotarlos mejor.

No es nuestro deber gestionar mejor o peor el proyecto del Capital, hecho a medida de la ganancia. Tampoco se trata aquí de teorías políticas, económicas o de un debate intelectual que deba librarse en los parlamentos o en las asambleas. Se trata de dos proyectos antagónicos: el proyecto del Capital y el comunismo anárquico. Y hoy por hoy este último no puede ser una realización plena o parcial en pequeños rincones geográficos o de nuestra mente, es necesario que sea la oposición generalizada al proyecto capitalista que intenta ser total.

La competencia y la separación son el motor de la burguesía, pero para nosotros son la agonía y la muerte. Debemos despojarnos de esas concepciones de la vida que nos quieren inculcar como si fuesen naturales. Desaprender la cultura burguesa es parte fundamental de nuestra lucha como clase. Entrever que podemos trascender el egoísmo y extendernos con los demás en la complicidad y no en la competencia es fundamental. También lo es pensar a partir del deseo y las necesidades comunes.

[1] Adam Smith (1723-1790) fue uno de los mayores exponentes de la economía clásica. Su célebre obra sistematiza de manera científica las bases del capitalismo moderno y presenta una justificación teórica que marca el pensamiento de los más influyentes economistas del siglo XIX (a favor y en contra) y que, en parte, sigue inspirando a los defensores del mercado libre, incluso hoy en día. Sin embargo, pese a su importancia para la historia de la ciencia económica, es conveniente recordar que Smith no era un economista; de hecho, en sus tiempos la economía aún no se había desarrollado como disciplina independiente.

* * * * * * * * * *

En el nro. anterior de este boletín (Represión para todos y todas) describíamos la represión por parte del Estado argentino a quienes luchan, reclaman o simplemente subsisten en esta democracia del Capital. A los anteriores ladridos del verdugo del pueblo Berni deberíamos agregar las declaraciones de público conocimiento que realizó sobre los inmigrantes. Obviamente, en sus declaraciones, uno no puede encontrar xenofobia ni odio racial, de hecho no dice nada política ni legalmente incorrecto: «Les pido a los legisladores que le den herramientas ágiles a la Justicia para que cuando detengamos delincuentes extranjeros que vienen a la Argentina a delinquir salgan del país y no puedan entrar nunca más». Pero ciertamente se sabe que apuntar a los extranjeros es abrir las puertas a ese nacionalismo asqueroso que supone que los inmigrantes nos roban el trabajo, son nuestros enemigos y vienen a corromper “nuestro” país.

Este fervor patrio se ha hecho eco en gran parte del oficialismo así como de la oposición, los mismos que critican “por derecha” a Cristina son que hoy están de acuerdo con el accionar de Berni. 

Lo más lamentable es cómo la clásica receta de la burguesía de enaltecer la ignorancia nacionalista en base a un enemigo externo vuelve a funcionar en épocas de crisis.

Los kirchneristas y los simpatizantes del “mal menor” nos decían que estar contra el gobierno era hacerle el juego a la derecha, que si no apoyábamos a Cristina se venía la mano dura. La mano dura ya está acá, contra los explotados y los oprimidos, es la mano del Estado.

LOS SIMULADORES

En estos días ha vuelto a circular un video sobre la gran y sublime actuación del gendarme López Torales, quien finge ser atropellado por un auto durante la movilización en Panamericana por conflicto de los trabajadores de Lear.

Al momento de escribir esto, el jefe del operativo, Roberto Ángel Galeano, fue despedido por Berni en un intento de despegarse del escándalo, así como ahora en 678 todo esto es relatado como una especie de infiltración de la derecha en los puros y nobles objetivos del gobierno. ¿Nadie vió a Berni, en cada programa de TV al que es invitado, gritar como un enloquecido los logros de este gobierno? Incluso el Ministerio de Seguridad publicó un comunicado titulado Sobre video incidente con gendarme, defendiendo el operativo:

«El comandante López Torales actuó en acuerdo con la ley y en cumplimiento de un procedimiento policial dispuesto para liberar las arterias vehiculares interrumpidas por un grupo de personas empeñadas en entorpecer el normal desarrollo del tránsito de todos los ciudadanos.»

Si a esto le sumamos lo sucedido en Las Heras –ínfimo en comparación pero parte de la misma política– al Estado le sobran cualidades de guionista y de fabricante de ficción. El aparato televisivo –opo, corpo y demás- le da el soporte para que este relato llegue a ser creíble para millones de personas, cuando los palos y la cárcel no son de utilería. Su simulación y sus montajes de ficción hacen más real nuestra opresión a un precio altísimo.

A esta ciudad, no hace falta que la compañía llegue de gira, ya está todo dispuesto para que en cualquier momento arranque la función donde los malos somos siempre los mismos. ¿Qué va a pasar en una ciudad recorrida día y noche por estos verdosos actores?

¡Luces desde los helicópteros! ¡Cámaras en cada esquina! ¡Acción y represión!

MEMORIA: A 150 AÑOS DE LA PRIMERA INTERNACIONAL

A mediados del siglo XIX Europa era un hervidero. Un caldo de cultivo de revolucionarios y de ideas revolucionarias que fundaban grupos y periódicos, que batallaban en insurrecciones urbanas y que esbozaban la perspectiva del internacionalismo proletario. Este internacionalismo no era un simple capricho filosófico o un corolario natural del razonamiento humanista, era una realidad material que se iba asumiendo en la acción común, contraponiéndose a los diversos escollos existentes en aquella época.

Por un lado existía el problema del idioma, cuya dificultad principal residia en la relativa incapacidad que tenían los proletarios para traducir y difundir las posiciones revolucionarias de sus compañeros allende el mar o tras el simple arbitrio de la frontera. No podemos ser ajenos a las increíbles complicaciones que debían padecer los hijos del pueblo, que en muchos casos sólo superaban el analfabetismo ya adultos y que aun ante estas titánicas tareas de traducción no se acobardaban y entregaban su intelecto para bien de la clase toda.

A la vez, toda noticia y comentario sobre la realidad de otra región tenía un carácter distinto al que podemos percibir en la actualidad. La demora y las agudas diferencias regionales dificultaban la comprensión de fenómenos vertiginosos como huelgas o luchas urbanas, que además sólo eran relatados por la prensa burguesa, la única en su época. Afortunadamente los proletarios (y en muchos casos sin tanta fortuna, ante el padecer del exilio) trascendían las fronteras y confraternizaban más allá del idioma, vinculados tanto por su padecer como explotados como por su perspectiva como revolucionarios. Su rumbo, no obstante, era el de fortalecer esos lazos internacionales y conformar un proyecto unificado de perspectiva de revolución mundial.

En los años de las revoluciones de 1848/49 y en los posteriores esto se vió con claridad. Iniciativas como la Liga de los Comunistas intentaron cristalizar los esfuerzos internacionales de una centena de compañeros en Alemania, Bélgica, Holanda, Francia, Suiza e Inglaterra entre otros. La antecesora de esta liga fue una organización llamada Liga de los Justos, que recibió inspiración de revolucionarios como Louis Auguste Blanqui, Pierre Joseph Proudhon y Flora Tristán, compañera que en su propuesta La unión obrera de 1840 pronunció por primera vez la histórica consigna «¡Proletarios del mundo, uníos!».

La Liga de los comunistas publicará en 1847, con redacción de Marx y Engels, el famoso Manifiesto del Partido Comunista, documento que trascenderí la propia organización y que se convertirá en una referencia para los luchadores de todo el mundo. Años más tarde y tras algunas derrotas y desaveniencias, la perspectiva de formar una fuerza proletaria volvería a darse en Inglaterra, principal destino de exiliados de la Europa continental.

Es así que en septiembre de 1864, luego de dos años de discusiones, se formaría la Asociación Internacional de los Trabajadores, más conocida como Primera Internacional. Impulsada en sus comienzos por militantes tradeunionistas y cartistas ingleses, tomaría un carácter más combativo al ingresar en ella militantes partidarios e identificados con las posiciones de pensadores como Proudhon, Marx, Bakunin y Blanqui.

En 1866 realizará su primer congreso en el cual expondrá y definirá sus premisas de desaparición de la condición salariada, abolición de la sociedad de clases, de la propiedad privada y de los ejércitos. Aunque fue un esfuerzo sin precedentes, la Internacional se mantuvo relativamente desconocida (sobre todo fuera de Europa) y recién pudo contar con una afiliación de millones luego de los sucesos de la Comuna de París en 1871.

Ya para ese entonces las tensiones internas dentro de la Internacional dificultaban su funcionamiento y generaban una situación de inestabilidad que iba a tener que ser resuelta. Son popularmente conocidas las diferencias entre los dos principales referentes proletarios de aquel entonces, Marx y Bakunin. Éstos polemizaban en torno a la función de la Internacional: si como polo unitario y dirección del movimiento proletario (Marx), o como nexo, difusor y coordinador de luchas regionales con carácter autónomo (Bakunin).

Estas discusiones no fueron por buen rumbo, ya que las debilidades formalistas de muchos de sus miembros (poner la Organización por sobre las tareas revolucionarias) sumado a las desviaciones politicistas y estatistas de Marx y muchos otros en el seno de la Internacional, así como las federalistas y antiautoritarias de Bakunin y otros tantos, hicieron estériles los debates sobre la organización internacional del proletariado.

Recordemos también, que otras tendencias menos conocidas formaban parte de la Internacional. El tradeunionismo británico (precursor del sindicalismo moderno), el movimiento cooperativista, los partidarios republicanos del politiquero Mazzini en Italia y muchas otras tendencias prefiguraban los aspectos más reformistas y débiles de la rebeldía proletaria.

En este marco, sumado a la expulsión de los partidarios de Bakunin de la Internacional en el V Congreso en 1872, se fue consumando lo que sería uno de los primeros grandes golpes al proletariado. En base a sucesivas bifurcaciones, el Marxismo y el Anarquismo continuaron desarrollándose en tanto que sagradas familias ideológicas, dificultando aún más la vieja perspectiva de un programa y una organización mundial, necesarios para destruir el reinado del Capital e imponer el comunismo anárquico. Finalmente en el VI Congreso en Filadelfia en 1876 se resolvería disolver la AIT.

Medio siglo después, en 1922, algunos sindicatos y federaciones de distintos países fundarían una organización cuyo nombre en español es igual al de la Primera Internacional, y que se considera continuadora de ésta. Lamentablemente, más allá del nombre es díficil reconocer una verdadera continuidad, ya que esta organización se sostiene en preceptos ideológicos (anarcosindicalismo o sindicalismo revolucionario) y no en base a una verdadera práctica y teoría revolucionarias e internacionalistas. Además, su internacionalismo sólo es tal en tanto que suma de nacionalismos particulares, es decir, falso internacionalismo.

Como parte de la otra gran familia de desviaciones, las subsecuentes Segunda, Tercera y Cuarta Internacional de la socialdemocracia dirigirían una contrarrevolución a nivel mundial que aún hoy pesa sobre nuestras cabezas y que falsificaría el espíritu internacionalista que estimuló la materialización de la AIT, defendiendo, entre otras cosas, la separación de las reivindicaciones en programa de mínima y máxima, el socialismo en un sólo país y el programa de transición.

miércoles, 30 de julio de 2014

REPRESIÓN PARA TODOS Y TODAS

El domingo 15 de junio, aprovechando el debut de la selección nacional de fútbol, la empresa de Quickfood Paty comunicó a sus 250 empleados su cierre y traslado. Los trabajadores se presentaron el lunes en la planta y decidieron ocuparla. La represión no se hizo esperar, y el martes policía federal, gendarmería e infantería arremetieron tanto dentro de la fábrica contra los trabajadores de Paty como afuera contra aquellos solidarizados con la resistencia.

Ese mismo martes en Buenos Aires, en plena fiebre mundialera, la policía federal reprimió la manifestación concentrada en la “Casa de Córdoba” dejando un saldo de 12 detenidos. (Ver: Córdoba: transgénicos y represión, en la Oveja Negra Nro. 18)

El 7 de julio, mientras muchos festejaron y sufrieron el minuto a minuto por la posible victoria de esos nuevos ricos abanderados de la patria, la gendarmería —con Berni a la cabeza— reprimió la protesta de los trabajadores ferroviarios de EMFER S. A. (Emprendimientos Ferroviarios S. A.) y TATSA (Tecnología Avanzada en Transporte S. A.). Al día siguiente, la ofensiva estatal se dirigió contra los trabajadores de Lear Corporation (transnacional autopartista de la industria automotriz, planta Pacheco), quienes cortaban la Panamericana.

El secretario de Seguridad y verdugo del pueblo Sergio Berni fue capaz de dejar al descubierto la verdadera cara del Estado y la función social que está destinado a cumplir (para quien prefiere olvidarla, sea por conformismo o por el miserable anhelo de formar parte de él). En mayo de este año ya había advertido: «Qué tantas leyes e interpretaciones. El que corta la General Paz tiene que ir preso. No hace falta ninguna ley, lea la Constitución, el Código Penal. No hace falta ninguna ley antipiquetes.» ¡Es por esto que no le interesa la ley antipiquetes, no por “sensibilidad social”!

Así es como, mientras los kirchneristas se hacen los distraídos, la izquierda vuelve al enésimo lamento de que el gobierno «había prometido no reprimir la protesta social». A los ciudadanos mediocres, por su parte, y aunque no están del todo de acuerdo, tampoco les molesta tanto.

Mientras tanto en la galaxia peronista, Leonardo Grosso —legislador por el Frente para la Victoria y responsable nacional del Movimiento Evita— twitteaba furioso que «Berni debería explicar por qué hace todo lo contrario a lo que hacía Néstor. Es funcional a la oposición.», y con un poco de demagogia para la muchachada, citaba una canción del artista ricotero y oficialista. Al parecer, la intención sigue siendo construir el mito de que “Él” era el bueno y “Ella” la mala. Recordemos cómo algunos se atrevieron a hablar de un peronismo sin Perón y siguieron adulando a la difunta Evita por el sólo hecho de haber muerto primero y haberse ahorrado algunas manchas de sangre proletaria. Una vez más todo puede ser usado para defender al monstruo peronista que nunca, en su negra historia, tuvo nada que ver con los intereses del proletariado. Siempre en defensa del Estado, la propiedad privada y el trabajo asalariado. Siempre reprimiendo cuando fue necesario.

Si bien todos los politiqueros y empresarios están de acuerdo, sólo Berni se anima a decirlo y a actuar en consecuencia: «Actuamos rápidamente con Gendarmería y Policía Federal para que sea un día normal. No se puede reclamar por 100 trabajadores y avasallar a cientos de ciudadanos».

Frente a la acusación de la promesa no cumplida de «no reprimir la protesta social» Berni responde con claridad: «esta protesta no es social, es política», zafando así con la letra chica del contrato. Pero su respuesta no es una simple salida por la tangente, no se trata de otra mera calumnia al estilo de «Son tan cobardes que ponen a las mujeres en las primeras líneas, son maniobras habituales de estos grupos de izquierda»; cuando este miserable lanza expresiones destinadas a deslegitimar los reclamos de los explotados no es inocente. Al decir que las protestas son obra de «inadaptados de los partidos de izquierda, con una clara intencionalidad de generar disturbios y caos» está repitiendo la máxima leninista de que los trabajadores no pueden llegar a revelarse por sus propios deseos y necesidades, sino gracias a una conciencia aportada desde afuera por la intelligentsia, los intelectuales del Partido. «Las historia de todos los países atestigua que, por sus solas fuerzas, la clase obrera solo puede llegar a tener una consciencia tradeunionista (sindicalista). En cambio, la doctrina del socialismo ha surgido de teorías filosóficas, históricas y económicas elaboradas por intelectuales, por hombres instruidos de las clases poseedoras.» (Lenin, ¿Qué Hacer?). Menospreciando la lucha de los explotados, nos dice que salimos a protestar porque nos «lavan el cerebro unos zurdos». Y para colmo de males, encuadra de antemano —como quien tiene la ley y el arma a su favor— el terreno de la confrontación: «es política». Si es política sólo queda emplear el lenguaje del Estado: el de las súplicas y los derechos y deberes, el de la violencia monopolizada.

Tampoco las actuales protestas de los trabajadores sobrepasaron estas limitaciones. La ideología dominante, lamentablemente y como no puede ser de otra manera, continúa siendo la de la clase dominante. Pero las propias contradicciones hacen estallar por los aires las concepciones que hasta el momento del estallido parecían inmutable. Porque los explotados y oprimidos no tenemos los mismos intereses que los patrones y gobernantes, porque si luchamos en su terreno estamos perdidos y si hablamos el lenguaje del amo no podremos esperar nada más que el mantenimiento de lo existente. Berni es una persona despreciable, por sobre la medida de lo repugnante de todo gobernante, pero no es más que el portavoz de todo este entramado de normalidad que sostiene día a día a la sociedad capitalista.

NO SOMOS ARGENTINOS, NI ISRAELÍES, NI PALESTINOS: SOMOS PROLETARIOS.

Hace algunos años uno podía advertir que las manifestaciones —o mejor dicho “procesiones”— suplicando paz en Palestina, Irak o Irán eran inútiles, ya que no hacían más que expresar un sentimiento de impotencia. Hoy esa impotencia se agudiza al limitarse al horror por ver la guerra a través de la pantalla o a mostrar a través de Facebook fotos morbosas de las víctimas de los bombardeos. Hoy son los niños palestinos, mañana un perro maltratado. Pero esta realidad, considerada parcialmente, oculta que además del horror y la muerte causada por los milicos en aquella parcela de tierra también hay seres humanos que resisten con los medios que tienen a su alcance, a pesar de las limitaciones existentes. Y eso no se muestra. No se muestra para que los espectadores se limiten a angustiarse un poquito de tanto en tanto en medio de una avalancha de información, intentando autoconvencerse de que nada se puede hacer. Pero la verdad es que sí se puede, luchando en “nuestro” país contra la misma burguesía que ataca en la Franja de Gaza. Destruyendo la ilusión de una impotencia generalizada es posible luchar, sin importar nuestra ubicación geográfica, contra los mismos intereses del dinero que guían tanto al Estado de Israel como a todos los Estados, a las empresas israelíes y a las de todo el mundo. Es posible y necesaria la lucha contra el discurso de la ideología dominante, basado en la mentira de que los intereses de los explotados son los mismos que los del Estado donde sobreviven, sea en Palestina o en cualquier lugar del mundo.

Un volante firmado por Proletarios Internacionalistas titulado “Masacre proletaria en Palestina” expresa que: «Sin romper y desenmascarar todo este arsenal ideológico que enturbia la realidad, estaremos atados de pies y manos imposibilitados para asumir la lucha contra la masacre en Oriente Medio como parte indisociable de la lucha contra la dictadura del capital. Es imprescindible afirmar abiertamente que esa masacre es antes que nada una expresión más del terrorismo que el capitalismo despliega en todo el mundo contra nuestra clase, contra nuestra vidas. Que quienes caen bajo las bombas, bajo las metralletas, bajo el terror capitalista son, en primer lugar, los niños, hombres y mujeres que han sido condenados en esa región del mundo a ser carne de cañón, a ser población superflua potencialmente peligrosa y que debe ser exterminada de forma cotidiana. Todos los Estados del mundo participan de una u otra manera en esta matanza. Los Estados occidentales, con el de Israel a la cabeza, masacrando; Hamas, la autoridad nacional palestina y demás organismos del Estado palestino, junto con los Estados propalestinos, impidiendo la estructuración en fuerza autónoma de esa masa de subversión, encuadrándola y dirigiéndola al matadero en actos suicidas, desarmándola, pacificándola, reprimiéndola y apresando a los irreductibles.»

Y juntos queremos decir que no somos ni argentinos, ni israelíes, ni palestinos. Y que además debemos enfrentar la opresión burguesa, esté disfrazada de terrorista o de antiterrorista.

MEMORIA: POR SACCO Y VANZETTI

El 23 de agosto se cumplen 87 años de la ejecución de Nicolás Sacco y Bartolomeo Vanzetti en Massachusetts (EEUU). Es imposible, en un breve artículo, describir la gran campaña internacional desplegada por su libertad desde 1920, cuando fueron condenados, y agudizada a principios de 1927, año en el que se cumpliría la sentencia. Sólo diremos que fue extraordinaria y que todo el movimiento proletario revolucionario hizo lo posible por liberarlos. Cuesta, en estos tiempos de apatía y estupidez general, imaginar que millones de trabajadores se movilizaron en todo el mundo para salvar a dos inmigrantes condenados por ser anarquistas y agitadores —y, en el caso de Vanzetti, por pertenecer además a los círculos galleanistas—. ¿Fueron inocentes del asalto de Pearl Street y de la muerte de dos personas? Tal vez sí, tal vez no. No importa. Al Estado y al Capital tampoco le interesó. No le interesó ni siquiera el testimonio de Celestino Madeiros, uno de los implicados, quien aseguró que ninguno de ellos se encontraba allí en el momento del asalto. Fueron condenados igual (1).

Si bien aquellos años estuvieron marcados por huelgas generales, publicaciones en diversos idiomas, mitines, atentados, marchas y disturbios, no se alcanzó el objetivo deseado. Hay que decir que en Argentina este fracaso pasó a formar parte de una derrota más general del proletariado de la región. A fines de los años veinte el reformismo y la política hacían mella en el movimiento proletario y los años de contrarrevolución que se vivirían hasta, por lo menos, finales de los sesenta se veían venir. Los revolucionarios estaban jugando sus últimas cartas y el caso de estos compañeros había sacudido la modorra general. Pero el escarmiento pareció funcionar.

Después de 7 años de agitación, en la víspera de la ejecución, la huelga en Argentina, encabezada por Buenos Aires y Rosario, fue total. En la ciudad de Santa Fe y en los pueblos del interior se vivió la misma expectativa. Al acercarse la hora final la gente se congregó en la puerta de los diarios para saber si tantos años de lucha habían logrado la ansiada libertad.

En Nueva York se concentraron 14.000 policías y en Londres y Berlín se vivieron los episodios más sangrientos, con violentos disturbios.

El juez Thayer no dio marcha atrás. Madeiros fue ejecutado primero y Sacco y Vanzetti, comunistas anárquicos, revolucionarios, siguieron por el camino a la silla eléctrica.

Reproducimos a continuación el saludo que Vanzetti, en nombre de ambos, envió a sus hermanos de este territorio unas semanas antes de su ejecución.

Cárcel de Dedham, Mass, 1927.
 A los trabajadores argentinos:
Nosotros deseamos decir a los compañeros, a los amigos, al pueblo argentino, que sabemos cuán grande, sublime y heroica es su solidaridad hacia nosotros.
Sabemos que han dado el pan y el reposo, su sangre y su libertad por nosotros. Sabemos que hubo quien dio su vida por nosotros.
Su solidaridad generosa nos reafirma en la fe anárquica y humana. Su sacrificio heroico, nos hace sangrar el corazón, mas nos sostiene el ánimo dándonos la certeza de una victoria final del proletariado.
Nosotros saludamos a quien lucha por nosotros; a quien está preso por nosotros; a quien ha muerto por nosotros.
Compañeros, amigos, pueblo de la Argentina: nosotros morimos con ustedes en el corazón.
Y que ninguno de ustedes se desaliente, que ninguno vacile, que ninguno pierda el ánimo, cuando les llegue la triste nueva de nuestra muerte, que ella no los espante.
La vía de la libertad, que es la vía del progreso y de la justicia, está empañada de sangre, sembrada de fosas. Sólo los fuertes la pueden recorrer. Ustedes son fuertes. Dos caídos más: ¿Y qué? Otros ocuparán nuestros puestos, más resueltos y numerosos que nunca. En alto los corazones: ¡Viva la anarquía y la revolución social!
Y recuerden de cuanto queremos decirles: el enemigo nos quiere muertos, y nos tendrá muertos para defender el privilegio y la tiranía, para humillarnos, para acobardarnos, para vencernos, destruirnos y encadenar los pueblos al carro de su esclavitud. El enemigo se ha embriagado con el llanto de nuestras mujeres, de nuestros viejos y de nuestros niños. Nos ha torturado, átomo por átomo, insultado, escupido, clavado, befado, empapado los labios de hiel y vinagre y, finalmente, ofrecerá a Mammón el humo de nuestras carnes maceradas y maltrechas.
Y este mismo enemigo clava sus inmundos tentáculos en la carne de todos los pueblos de la Tierra, prepara el más grande militarismo del mundo y se apresta a esclavizar a la entera humanidad.
Hay que aplastarle la cabeza. Él pasaría de buena gana sobre los cuerpos de los rebeldes, de los revolucionarios y de los libertarios: él se prepara a pisotear a la humanidad.
Los caídos, todos los caídos, deben ser vengados. ¡Guay si no lo son!
Nosotros les enviamos un abrazo fraterno y el saludo augural.
Bartolomeo Vanzetti.

Recordemos algo más… Al cumplirse un año de la ejecución, una huelga general en Rosario y Santa Fe, llamada por la FORA (Federación Obrera Regional Argentina) y la USA (Unión Sindical Argentina), paralizó ambas ciudades. «La ciudad parecía vacía» informaron los diarios. Incluso algunos gremios la sostuvieron varios días más.

En 1932 la casa del juez Thayer voló por los aires. Sobrevivió. Vivió el resto de su vida con custodia policial.


(1) Para ampliar recomendamos “Unas breves notas sobre Sacco y Vanzetti” (A. Bonanno): disponible en la web.